Fernando Garcia, amigo y uno de los 3 lectores de este blog, nos hace favor de hacernos llegar una aportacion mediante un articulo, como hemos dicho muchas veces, este blog es NUESTRO, cualquier aportacion es super bienvenida; y no es porque sea mi cuate, pero en los años que llevo de conocerlo, cuando el habla, lo hace inteligentemente, asi que vale la pena escucharlo.
"El lobo y el pastor"
El título viene a colación en referencia a aquellas caricaturas en las que llegaban a trabajar, muy amigos, el lobo y el perro pastor: una vez checada la tarjeta se tornaban en acérrimos adversarios, uno cuidaba las ovejas y el otro buscaba como desayunarlas, al final del día chocaban tarjeta de salida y se iban muy compadres, a descansar para un nuevo día.
Resulta ser que en los procesos de producción, es una constante la necesidad de operar y de innovar simultáneamente..... ¡Necesito ver como comer hoy y como voy a comer mañana! pero estas funciones requieren enfoques y tácticas diametralmente opuestas.
Infaliblemente, si a una misma persona se le piden objetivos en ambos planos, el resultado es un fracaso en uno de los dos, o en ambos; normalmente, la presión diaria privilegia la operación y la innovación se va mucho a ..... mañana.
Esta regla opera siempre, estemos produciendo tacos de barbacoa o microprocesadores; también aplica a todas las personas, he visto a innovadores talentosos perderse en obtener la producción del siguiente turno, y a supervisores talentosos comerse las ovejas.
Lo primero que hay que hacer es entender que en la psicología humana no caben las dos dimensiones simultáneamente. Separalas!
Obviamente, aunque todos tenemos la capacidad de hacer ambos, los niveles de competencia son diferentes para ambas funciones, hay mejores ovejeros y hay mejores lobos.
El buen ovejero es adicto a las reglas y a la disciplina, le gustan las ovejas formaditas y balando al mismo tono, se va por el mismo caminito y se pone nervioso cuando hay un bache; llega a la misma hora, se prepara el café de la misma manera y hace una junta diaria, ve los números de producción y es un perro para corregir desviaciones.
Si lo estas contratando, pídele que te enseñe el programa de cambio de aceite de su carro y lo vas a encontrar selladito y con calcomanías del “grease monkey” cada 5,000 km, ve la cajuela de su carro y va estar acomodadita y con el extinguidor calibrado.
Cuando lo encuentres, agárralo, es una joya, pero no lo pongas a innovar, encárgale el changarro.
El buen lobo es rebelde e inconforme, no le gusta nada y todo quiere cambiar. Es adverso a las reglas y va a protestar de todo lo que hagan los de calidad y RH. Aquí el truco es el de distinguir al verdadero lobo, de un simple coyotito llorón; el lobo cambia cosas y las mejora , es esencialmente positivo, y lo notas porque brinca de gusto cuando algo funciona mejor, aunque a los cinco minutos ya se le esta ocurriendo como mejorarlo. Se distinguen con facilidad : el que continuamente te dice que esta mal, es un coyote, deshazte de el; el que te dice como podrían estar mejor y lo hace, es un lobo, atesóralo. En el punto de reclutamiento, son difíciles de encontrar, pregúntale sobre sus pasatiempos y van a ser creativos: escritores, pintores, etc. Pregúntale sobre su PC en casa y probablemente le metieron mano, son adictos a los “gadgets” , ve como preparan el café y seguramente tienen métodos de economía de movimientos. Son más difíciles de administrar, pero si te encuentras uno, contrátalo, te va a volver rico, pero.....no...... lo pongas a administrar.
Tu trabajo es hacer que convivan, y si te tocó ser al que le asignaron las innovación y la operación al mismo tiempo, no te sientas Superman, elige para lo que eres más capaz y consigue a quien delegar la otra función.
www.rodolfosanchez.com.mx
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